Por Pablo Fuentes Espinoza
La crisis venezolana es compleja y tiene raíces profundas en problemas económicos, políticos y sociales que se han intensificado en las últimas décadas. La posibilidad de que la situación derive en una guerra civil es una preocupación que ha surgido en diferentes momentos debido a varios factores:
- Polarización política: Venezuela está profundamente dividida entre quienes apoyan al gobierno y quienes lo rechazan. Esta polarización ha generado enfrentamientos, aunque hasta ahora han sido en su mayoría manifestaciones y actos de represión por parte de las fuerzas de seguridad del Estado.
- Crisis económica y social: La economía venezolana ha colapsado, con hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas, y una migración masiva de millones de ciudadanos. Esto ha creado una desesperación que podría ser un caldo de cultivo para un conflicto más amplio si las tensiones no se manejan adecuadamente.
- Presencia de grupos armados: Existen grupos paramilitares, colectivos armados, y milicias pro-gobierno que han jugado un rol en la represión de la disidencia. Aunque estos grupos no constituyen un ejército organizado, su existencia aumenta el riesgo de violencia a gran escala.
- Intervención externa: La crisis ha atraído la atención de la comunidad internacional, con algunos países apoyando al gobierno y otros a la oposición. Las sanciones económicas, las declaraciones de líderes internacionales y las intervenciones diplomáticas podrían influir en la situación interna de maneras impredecibles.
- Fragmentación de las fuerzas armadas: Hasta ahora, las fuerzas armadas han permanecido en gran medida leales al gobierno, pero cualquier división significativa en las filas podría desencadenar un conflicto armado.
¿Es probable una guerra civil?
Aunque la situación es tensa y el riesgo de violencia siempre está presente, una guerra civil en el sentido tradicional (con bandos organizados en conflicto armado) es menos probable debido a varios factores:
- El control del gobierno sobre las fuerzas de seguridad y los recursos del Estado sigue siendo fuerte.
- La oposición carece de una estructura militar capaz de enfrentar al Estado de manera efectiva.
- La mayoría de la población busca evitar la violencia y desea soluciones pacíficas a través del diálogo o elecciones.
La posibilidad de un conflicto armado prolongado y organizado sigue siendo baja, pero no puede descartarse completamente en un escenario de mayor deterioro. La clave para evitar un desenlace violento radica en encontrar soluciones políticas que incluyan a todos los sectores de la sociedad y que estabilicen la economía y las instituciones del país.